Una mujer en el acentuado río
Golpea la curtida ropa en una piedra
Desquita todo su rencor en ella
Blanquea su conciencia en los harapos mojados,
Esos que lloran en sucias lágrimas su dolor.
Lleva el agua hasta las rodillas,
Bailotea con la corriente
Parece que su cabello trenzado
le amarra las ganas de vivir.
O de escapar...
Su mirada se alza al cielo
Añoranza de cuervos
Clamor de entierro
sábado, 22 de mayo de 2010
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sencillamente hermoso, con un gran contenido.
ResponderEliminarUff... Esta estampa poética golpea el pecho como si fuera un escopetazo. A pesar del agua, la sensación es de aridez, de sequedad. Quizás la sequía esté por dentro. Me quedo con un vacio, con una extrañeza el corazón.
ResponderEliminarme gustó full este poema, no se si fui yoo tiene un toque de palabra venezolana en el, me remonté a la caracas de los techos rojos, la feminidad desbordada en el oficio, y la naturaleza disfrutando de ese oficio ¿sabes? definitivamente una resurreción de la mujer, la que quiero. excelente.
ResponderEliminarGracias por este bello poema. No sé como llegue a tu blog... y ha sido una grata sorpresa. Seguiré leyendote.
ResponderEliminarMonica I