viernes, 21 de mayo de 2010

Aria del acto final de una función inconclusa.


Cuando le beso la ópera de Turandot resuena en mi centro, los tres enigmas quedan descifrados con sólo una caricia sublime, mi cruel princesa cae derrotada ante su aliento y soy Calaf, el misterio está encerrado en mí, mi nombre nadie lo sabrá, mas sobre su boca lo diré, y el beso fulminará el silencio que lo hace mío.
Nessun dorma, nessun dorma! que Ni mi boca ni su aliento permitan que les vitoree el sueño, que la piel se envejezca mientras nosotros nos amamos, quiero que me consuma el tiempo, ya nada importa, deseo caer de rodillas en mitad de las tablas, que mi voz resuene como el lamento di Federico porque soy yo su Arlesiana, vestidita de terciopelos y encaje, maravillosa vida que me dejo ir y regresar, maldita vida que pretende arrancarlo de mis labios y lo logra…sí Federico tu lamento es mi lamento, quiero correr la planicie de mi sala y alzar vuelo ventana abajo, pero no hay golpe contundente, no hay madre sollozando nuestra muerte, su partida durará lo que tu soportaste sin amor antes de morir de amor.
Le veo alejarse, y la vida se me torna en blanco y negro, core N’Grato, mi alma está en tus manos y te alejas, y las cuerdas van in crecento anunciando mi letargo, quiero estirar mis manos, alagar mis dedos hasta encadenarlo, pero es inútil su espalda se ha vuelto mi frente, oh mi Catarí Nun te scurda' ca t'aggio dato 'o core… la puerta se abre frente a él y yo no tengo más que susurrar mi canto: No te olvides que te di mi corazón, Catarí, no te olvides.

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